La comprensión y el tratamiento de la obesidad pasan necesariamente por entender las motivaciones que se juegan en el comer en exceso.
En tanto la comida no es sólo un comportamiento destinado a la supervivencia, sino que está fuertemente asociado al placer, creer que alimentarse obedece a una lógica racional es un enfoque incompleto. La sujeción de ciertas personas a comer en exceso tiene muchos puntos de contacto con el comportamiento de un adicto respecto a una sustancia. Nadie conoce mejor de las inconveniencias de la adicción que quien la padece, sin embargo la lógica conciente o la cantidad de información que se maneja no son suficientes para producir modificaciones en la conducta.
Para ayudar a alguien que padece de sobrepeso a modificar esta condición es necesario ayudarle a entender los papeles y significados latentes de su ingesta. Estos significados son distintos para cada quien, pero tienen en común que están asociados a la historia relacional de la persona. Las preferencias alimentarias de cada quien son producto de su devenir relacional y el placer de comer tiene características propias de los vínculos establecidos.
En tanto quien come en exceso pone en la comida una expectativa de un placer que se espera, y que a veces puede jugar el papel de una sustitución o desplazamiento de otras fuentes de satisfacción, ningún programa de dieta puede tener éxito si desconoce estos aspectos.
Se puede comer de más para combatir una sensación de vacío, o para sentirse portador de objetos buenos, o para desplazar sentimientos inconcientes de agresividad, entre algunas posibilidades.
La obesidad también pone en tensión el tema del cuerpo y de los ideales de belleza que se manejan dentro de cada cultura. En tanto en Occidente se va haciendo un culto de la delgadez, el obeso siente que se desvía de un patrón con consecuencias en el grado de inclusión o exclusión que logra en sus vínculos.
El sobrepeso denota un mensaje acerca del lugar del cuerpo, su cuidado y su uso como forma de vinculación. También es una manera de denotar estados de ánimo y del autoconcepto de cada quien.
A pesar de que hoy en día existen muchos fármacos y programas de dietas que prometen resultados espectaculares, si éstos obvian la pregunta más importante, que tiene que ver con el deseo que comer denota, están condenados irremediablemente al fracaso.
Fuente www.entornointeligente.com
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